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Hablemos de vino: tipos y clasificación

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Clasificar los vinos es una tarea compleja e interesante de realizar, ya que estos suelen ser agrupados según sus características, teniendo en cuenta factores como: el color, tiempo de cosecha, sabor, niveles de azúcar, tipo de uvas y textura. Hoy en Buenos Sabores te mostraremos cómo se subdivide esta bebida frutal fermentada y cómo puedes lograr los mejores maridajes. 

Conocer las propiedades que contiene cada vino puede ser una tarea complicada, especialmente para aquellos que no son expertos en la materia. Los vinos llevan una larga técnica de transformación desde que están en los viñedos hasta que llegan a las manos del consumidor. 

Saber los tipos de vinos que existen permite tomar una decisión adecuada al realizar un maridaje, ya que muchos alimentos cuentan con las características de esta bebida para resaltar sus sabores. Estos pueden clasificarse de la siguiente manera:

Según su color: 

Los vinos suelen clasificarse principalmente por su color, dándoles una apariencia distintiva, entre ellos podemos conseguir: 

  • Tinto:  

Este es uno de los vinos que tienen mayor consumo en el mundo debido a su fácil combinación con diversos alimentos. El color de este se obtiene a través del mosto y hollejo de las uvas, a mayor tiempo de maceración entre estos, más intenso será el color del vino. 

  • Blanco: 

Para este tipo de vinos su proceso se realiza solo con la maceración del mosto, excluyendo el hollejo de la fruta. Durante la técnica se mezclan las uvas blancas y las tintas para obtener el característico color amarillento. 

  • Rosado: 

En la elaboración de este vino se utiliza el mosto y hollejo de uvas blancas y tintas seleccionadas, en cuanto al proceso de maceración es igual al tinto, pero con un tiempo menor. 

Según el nivel de azúcar:

Esta clasificación se realiza teniendo en cuenta el contenido de azúcar residual al embotellar el vino: 

TiposNivel de Azúcar por litro
Seco: Menos de 5 g de azúcar.
Semiseco: Entre 5 y 30 g de azúcar.
Semidulce: Entre 30 y 50 g de azúcar.
Dulce: Más de 50 g de azúcar. 

Según su edad: 

Para esta clasificación los expertos indican que hay 4 tipos de vinos: 

Joven: 

Este vino también es conocido como “vino del año” y se embotella una vez realizado el proceso de fermentación, por lo que no pasa por barricas. 

Crianza: 

El proceso de maduración de este vino debe ser de entre 12 y 24 meses, contando con que los primeros 6 meses sean en barricas de robles, de aquí que los colores del vino se intensifiquen. 

Reserva: 

Debe contar con un envejecimiento no menor a 3 años de los cuales 12 meses lo hace dentro de una barrica de roble, perdiendo el color natural que otorgan las uvas en un inicio.

Gran reserva: 

Para este vino se necesita un envejecimiento no menor de 5 años, estando los primeros 18 meses dentro de barricas de robles.

Según la cepa de vinos: 

La cepa de vino o cosecha de las uvas es otra forma para clasificar esta bebida, que a su vez se subdividen en presentaciones de: 

Cepas tintas: 

  • Malbec.
  • Cabernet Sauvignon.
  • Merlot.
  • Pinot Noir.
  • Carmenere.
  • Lambrusco.

Cepas blancas:

  • Sauvignon blanc.
  • Chardonnay.
  • Riesling.
  • Semillón.
  • Verdejo.

Siendo estos los más comunes del mercado. 

Según contenido de gas carbónico: 

Para esta clasificación se tiene en cuenta la cantidad de burbujas que contiene el vino desarrolladas durante el proceso de fermentación:

  • Vino tranquilo: 

Este vino no cuenta con ningún tipo de gas carbónico. 

  • Vino de aguja: 

Esta característica suele verse en vinos blanco o rosados donde se desprende una gran cantidad de burbujas sin llegar a producir espuma. 

  • Vino espumoso: 

Para realizar este vino se requiere un segundo proceso de fermentación en la botella que le da el característico toque burbujeante que finaliza en espuma. 

  • Vino gasificado: 

Al igual que el anterior, este vino es de abundante espuma con la excepción de que su textura es agregada de forma artificial durante la producción. 

Algunos maridajes con vinos: 

Los vinos suelen ser muy utilizados tanto para la preparación como para el consumo de alimentos, realizando maridajes que resaltan los sabores y halagan a los paladares más exigentes. Te mostramos las combinaciones más frecuentes:  

  • Pescados y mariscos: 

El vino blanco en todas sus presentaciones le queda perfecto a cualquier receta que cuente con pescados, moluscos y crustáceos. No importa si es seco, afrutado o dulce su suavidad acompaña el sabor intenso del mar. 

  • Carnes: 

En el caso de las carnes, su maridaje puede variar según el tipo, contenido graso, proceso de cocción y la salsa con la que es preparada. Por lo general, el vino tinto queda perfecto con las carnes rojas y el vino blanco (seco, dulce o semidulce) con las carnes blancas.

  • Ensaladas: 

Las ensaladas pueden maridar perfectamente con los vinos blancos en cualquiera de sus presentaciones, teniendo en cuenta los ingredientes utilizados para aderezar las mismas.

  • Quesos:

¡A todos nos encanta una mesa de quesos! y combinarlos con una copa de vino es la mejor opción, incluso el Instituto of Food Technologies demostró que este maridaje logra equilibrar bien ambos sabores. Para los quesos tiernos, el vino blanco o rosado de sabor ligero le sientan perfecto, en el caso de quesos con sabores fuertes van mejor los vinos tintos del año o vinos blancos con algo de barricas. 

  • Postres: 

Dependerá de los ingredientes del postre con qué vino se puede maridar, por regla general, los postres cremosos van con vinos tintos o blancos secos, mientras que para los postres de sabores concentrados se debe usar vinos añejos. En el caso de usar vinos dulces, estos deben contar con un toque de acidez para armonizar el paladar.

  • Encurtidos o frutos secos

Para los sabores fuertes es mejor optar por vinos intensos con toques añejos. Pueden ser blancos o tintos pasados por barricas.  

Cuéntanos ¿qué tipo de vino te gusta más? ¿cuáles has probado?

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